Las fracturas en personas mayores representan un serio problema de salud, no solo por el impacto físico que generan, sino también por sus consecuencias en la independencia y calidad de vida del paciente. La recuperación en estos casos suele ser un proceso complejo que requiere un enfoque multidisciplinario, donde la fisioterapia juega un papel fundamental. En este artículo, analizaremos los riesgos asociados a las fracturas en adultos mayores, las mejores estrategias de rehabilitación y los objetivos de la fisioterapia en este contexto.

Factores de riesgo en las fracturas de los mayores

Las fracturas en la tercera edad pueden tener diversas causas, pero hay factores que aumentan significativamente el riesgo, entre ellos:

  • Osteoporosis: La disminución de la densidad ósea hace que los huesos sean más frágiles y propensos a fracturarse con pequeños traumatismos.
  • Pérdida de equilibrio y coordinación: Con la edad, el sistema musculoesquelético pierde fuerza y estabilidad, lo que incrementa la posibilidad de caídas.
  • Medicación: Algunos fármacos pueden provocar mareos, disminución de la atención o hipotensión postural, lo que aumenta el riesgo de caídas.
  • Enfermedades crónicas: Patologías como la artritis, la diabetes o problemas neurológicos pueden afectar la movilidad y la seguridad al caminar.
  • Ambientes inseguros: Una mala iluminación, alfombras sueltas o baños sin barras de apoyo son factores de riesgo ambientales que pueden derivar en caídas y fracturas.

Tipos de fracturas más comunes en adultos mayores

Las fracturas pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero en los mayores hay algunas que son más frecuentes:

  • Fractura de cadera: Es la más común y también la más incapacitante. Su recuperación es lenta y muchas veces requiere cirugía.
  • Fractura de muñeca y radio distal: Generalmente se produce al intentar amortiguar una caída con las manos.
  • Fractura de húmero proximal: Ocurre por caídas sobre el brazo o el hombro.
  • Fractura de columna vertebral (vértebras por compresión): Se producen por osteoporosis y pueden aparecer sin un traumatismo significativo.

Fases de recuperación tras una fractura

La rehabilitación tras una fractura en adultos mayores se desarrolla en varias fases, cada una con objetivos específicos:

  1. Fase aguda (primeros días tras la fractura)
    • Control del dolor e inflamación.
    • Inmovilización o cirugía, según el caso.
    • Prevención de complicaciones como trombosis o rigidez articular.
  2. Fase de recuperación temprana (post-hospitalaria)
    • Comienzo de ejercicios suaves de movilidad.
    • Entrenamiento para mejorar la circulación y evitar la atrofia muscular.
    • Introducción progresiva de carga sobre la extremidad afectada
  3. Fase de fortalecimiento y funcionalidad (4-12 semanas)
    • Ejercicios de fortalecimiento muscular.
    • Trabajo en el equilibrio y la marcha.
    • Adaptación a las actividades diarias.
  4. Fase de mantenimiento y prevención (3-6 meses o más)
    • Continuación de ejercicios de fuerza y equilibrio.
    • Prevención de futuras caídas.
    • Reeducación postural.

El papel fundamental de la fisioterapia en la recuperación

La fisioterapia es clave para que el paciente mayor recupere su movilidad y calidad de vida tras una fractura. Algunas de sus intervenciones incluyen:

  • Ejercicios de movilidad y fortalecimiento: Ayudan a recuperar la funcionalidad y evitar la atrofia muscular.
  • Reeducación de la marcha y el equilibrio: Es fundamental para prevenir nuevas caídas.
  • Terapia manual: Mejora la circulación, reduce el dolor y favorece la regeneración de los tejidos.
  • Uso de ayudas técnicas: Como bastones o andadores, para facilitar la recuperación.
  • Ejercicios respiratorios: Importantes en pacientes que han pasado mucho tiempo inmovilizados, para evitar complicaciones pulmonares.

Objetivos de la fisioterapia en la recuperación tras fracturas

Los objetivos principales de la fisioterapia en este proceso incluyen:

  • Recuperar la movilidad y la independencia funcional.
  • Reducir el dolor y mejorar la calidad de vida.
  • Prevenir complicaciones secundarias, como rigidez articular o trombosis.
  • Mejorar la fuerza y la estabilidad para evitar futuras caídas.

Recomendaciones finales para una recuperación efectiva

  • Seguir las indicaciones del médico y fisioterapeuta: No forzar la recuperación y respetar los tiempos de rehabilitación.
  • Mantenerse activo dentro de las posibilidades: Aunque haya dolor, es importante moverse dentro de lo permitido.
  • Evitar el sedentarismo: Pasar demasiado tiempo en reposo puede retrasar la recuperación y generar complicaciones.
  • Adecuar el hogar para evitar nuevas caídas: Eliminar obstáculos, mejorar la iluminación y usar alfombras antideslizantes.

Conclusión

La recuperación tras una fractura en personas mayores es un proceso que requiere paciencia, constancia y un plan de rehabilitación adecuado. La fisioterapia juega un papel esencial en este camino, ayudando a restaurar la movilidad, fortalecer el cuerpo y prevenir futuras caídas. Apostar por un tratamiento personalizado y progresivo es clave para que el adulto mayor recupere su independencia y calidad de vida.

Si tú o un ser querido ha sufrido una fractura, no dudes en llamar a un experto en fisioterapia senior para garantizar una recuperación segura y efectiva.

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